lunes, 31 de enero de 2005

La Triste Historia De un Gato En El Patio, Y El Fatidico Final De La Historia Hasta Que Lo Dejé Fuera De Mi Portón.

Fue este domingo. No. Ya era lunes cuando llegabamos de la parcela, cerca de Catapilco. Como siempre, yo venía muerta de ganas de sentarme en una cómoda taza de Water Closet (o W.C. cómo sea su gusto), asi que como es de suponer, saqué mis llaves a toda prisa, abrí el portón (mi perro más grande salió disparado hacia la calle, pero no me importó), y entré lo más rápido posible a la casa. Especificamente al baño. Luego de hacer lo mío (...), me dispuse amablemente a abrirle el portón para el auto a mi querido padre. Cuando salgo al patio, lo primero que siento es un leve bufido por parte del portón. Yo pensé: "los portones no bufan". Y acto seguido, miro a un costado de este, y veo a un pequeño gatito que se encontraba erizado, efecto de que mi perrita Kuky le ladraba sin parar.
Lo tomé. Me clavó sus uñas en mi hombro. Pero me hice la valiente (craso error) y lo llevé hasta el calientito interior de mi casa.
Con el Pancho le dimos leche. Pero al parecer no sabía tomar leche. Le dimos atún. Pero tampoco sabía comer. Así que, después de un intento de meterle la comida por la boca, el gatito Moe (asi le puse)lamió el atún, se estremeció (creo que nunca había comido atún) y acto seguido, se deboró la mitad de una lata del pescado.
Yo le limpié sus ojitos. Los tenía llenos de algo indefinido.
Cuando nos disponiamos a dormir. lo metí en una caja. De esas típicas grandotas de leche, con agujeros. Le asigné una antigua bufanda tejida por mis manos y le cerré la caja (Obvio, para que no molestara en la noche).
En la noche no hubo problemas.
Cuando el sol ya estaba altísimo en el cielo, me desperté. El gato no había dado problemas. Eso, pensé, era una buena señal.
Error.
Bueno.
Saqué al gato.
Le dí lo que quedaba de la lata de atún.
Nada.
Ningún problema para deborársela.
Todo hiba bien.
Hasta que (no puede no haber un "hasta que") el precioso gatito hizo caca. Si caca. No fue problema el que hiciera. Todo lo contrario. El problema fue cómo y qué hizo luego de hacer sus necesidades. ¿Cómo?. No sé cómo se las arregló para meterse abajo de mi cama y hacer ahí. Luego, como todos los gatos, intentó tapar la obra, pero le salió el tiro por la culata, ya que no hay tierra en el piso de mi pieza, ni tampoco habia un hoyo (los gatos, para los que no estaban enterados, hacen un hoyo en la tierra, depositan sus desechos y luego tapan el hoyito con la garrita, es asi como hacen cacuca...bueno).

Lo que trato de explicarles es lo que me llevó a dejar al gato fuera de mi casa, y en definitiva, lo más lejos posible de mi pieza.

Como hiba diciendo... escribiendo.
El gatito hizo caca, intentó taparla, pero lo único que logró fue esparcir sus desechos y mancharse las garritas con ellos (Puaj!).
Luego, sin que yo me enterara (obviamente) se subió a mi cama caminó por mi alfombra y se acomodó arriba de mi pera amarilla.

Resultado: un sin número de huellas de caca por todos lados y un olor espantoso.

Me aburrió.

Fue muy mal agradecido.

De la rabia e indignación, salí al patio (a dejar a unas amigas que ya se hiban y que habían presenciado todo el espectáculo, la Frana y la Jecha) y me asomo a la ventana de la pieza de mis padres ( mi hermano, Pancho, estaba viendo tele con el gatito como compañía) y le digo al Pancho que me pase al gato por que lo voy a dejar afuera. Que me aburrió.

El Pancho, ni chistó. Me pasó el gato y yo lo dejé afuera del portón. A un lado de la muralla. Cerré la puerta y entré a mi casa a limpiar el desastre.

Nunca más vi al gatiño. Me costó un mundo meter el plumón a la lavadora (no se si se habrá hechado a perder...)y tuve que sacar el "envoltorio" de la pera amarilla para lavarlo. La alfombra está colgada en el cable de la ropa (pff, no había otro lugar).

No piensen que soy mala. Bueno. No fue la mejor reacción del mundo, pero el gato, primero, no era mio, y segundo, nadie quería darle un hogar al aceptarlo. Además mis mascotas (un perro grandotote, una tierna pero agresiva perita, y una gata que defiende su territorio), no lo aceptaban.

No tenia otra opción.

Por ahi debe andar el pobre gato.

"Miau..."

No hay comentarios.: