sábado, 7 de diciembre de 2013

Random y te extraño tanto.

Son las 3:07 de la madrugada de un sábado. Diciembre.
Mi última entrada fue hace más de un año atrás. He perdido el rastro de lo mucho que me gustaba escribir antes. Tal vez debería hacerlo más seguido. Quién sabe.


Me han pasado muchas y pocas cosas, depende por donde se le mire. Con Miguel seguimos juntos. Este último tiempo ha sido particularmente difícil. Hemos estado tan ocupados y la distancia sigue siendo la misma que la última vez. Deseo tanto no olvidarme de sus ojos, de sus manos, de la forma en cómo toma el lápiz para escribir. Hace un poco más de un mes que no lo veo. Hablamos todos los días, a veces un poco, a veces más. Se ve tan lindo desde la pantalla del computador, aunque esté con ojeras y el pelo revuelto por haber estudiado hasta tarde y haber estado en el lab todo el día. Lo amo y lo extraño. Yo tampoco he tenido mucha suerte. He estado enferma de tiroiditis, bajé 8 kilos en dos semanas. Fui la envidia de mi tía que siempre está tratando de bajar de peso pero es incapaz de decir que no a un "poquito" de almuerzo en la casa de mi mamá aunque ya haya almorzado en su casa. He estado recuperando peso; los últimos exámenes de sangre arrojaron que estoy con hipotiroidismo leve, lo contrario al hiper que tenía y por lo tanto es posible que, si no me cuido, siga subiendo de peso...

No sé, es tarde. He estado durmiendo poco. Le echo la culpa en mayor parte al estrés de la titulación. Doy mi exámen de título el jueves 19 de diciembre. Espero poder terminar todo para entonces. Lo bueno es que las fiestas las pasaré relajada, porque aprobaré si o si. De todas formas estoy nerviosa. El día en que terminé la Memoria quería saltar y bailar y correr. Fue una sensación de triunfo que no siempre se tiene la oportunidad de sentir.
Me gustaría poder pasar tardes enteras acurrucada en el pecho de Miguel mientras me hace cariño con una mano y me lee historias fantásticas de conejos, gatos y sombrereros. Beber cerveza y ver una película, hasta que sus pupilas brillantes nos desconcentren hacia cada poro de nuestra piel. Ansío el día en que nos veamos de nuevo. Lamento -familia, amigos- que debo ponerme al día con la miel de su piel y el fuego de sus ojos, por lo que no me verán salir de la habitación el día en que lo vea de nuevo.
Miren, nos dibujé.

Este post es el más random que he escrito, creo, hasta ahora. 
Es solo que son las 3 de la madrugada y yo lo extraño tanto siempre.