lunes, 8 de agosto de 2005

Just...

Su muñones se agitaban en el aire como un designio inconfundible de su incapacidad para comunicarse. No sabía qué hacer, le sorprendía, pero al mismo tiempo estaba preparada para aquel golpe de infalible presición que alcanzó su razón como el más cruel y rápido misil de la tecnología de la verdad. Pues claro. La verdad puede tener distintas versiones para todo. Tantas, como seres vivientes en el planeta en el cuál vive y al cuál destruye.
Vive creyendo en una verdad. Pero...¿y que tal si hasta lo que creía vivir, resulta un misterioso sueño?. ¿Que tal si la muerte es simplemente su despertar, o viceversa?.
Descubrió que le teme a la vida. Teme vivir, pero aun así se lanzaría sin protección a ella. Porque le encanta hacerselas de Kamikaze. No quiere dejar de amar a toda esa maravillosa gente que estuvo con ella todo este tiempo. Pero sabe que los olvidará. Sabe que tarde o temprano dejará de llamarlos "amigos", para que sean parte de un pasado casi desconocido y remoto. Sólo espera que esa eterna promesa de "siempre podrás contar conmigo", siga vigente, hasta el fin de sus días.
Los extrañará y mucho. No imaginan cuánto ya los extraña de sólo pensar que algún día se irá, y los olvidará.

Punto aparte.

Son las 23:30 horas y todavía le quedan un millón de cosas por hacer. Llorar, no está en su lista.

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