miércoles, 1 de marzo de 2006

Simple.

Las cosas simples de la vida no se ven a simple vista. Después de la segunda mirada nos damos cuenta de la importancia que tienen.

Yo llevo mil veces mirandote, observandote, y siempre te encuentro la misma importancia: me da terror perderte, por alguna razón... de nuevo.
Creo que es la razón que tengo para no seguir más allá del humbral que tengo con vos. Ésa es la razón para no cruzar el río y seguir caminando de tu mano hacia quizás dónde. Y es que también soy una cobarde, lo admito. Pero no sé qué es lo que sientes vos.

Este último tiempo ha sido confuso, pero sigo sintiendo tu aroma en el viento de la mañana, en el de la tarde, y en el de la noche; en mis ropas y hasta mi propio aroma me recuerda el tuyo. Es confuso y alarmante, pero agradable.
El amor de antes se perdió, si, pero el de ahora es diferente. Una vez escribí "la niña ya sufrió y ahora se enamoró la mujer". Porque ya no soy la misma, y hasta yo siento la diferencia, el cambio. No es lo mismo que hace algunos meses atrás. Pero es mejor. Porque ahora sé de verdad que es cierto esto. Antes fue como un tiro al aire, una ilusión. Fui ilusa al pensar que podía enamorarme como cuando era niña y que me sería correspondido. No hacía nada y no lograría nada de esa manera.
Hoy, no es así. No pretendo que seas otro conmigo. Solo quiero que seas tu mismo. Sin mentiras, para poder amarte fácil y sin dolor. Sentir ése calor extraño al abrazarte; apoyarte, ser tu amiga y poder confiar en tí, llorar contigo, y secar tua lágrimas.

Quiero estar contigo hasta que la muerte nos separe.

:)

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