martes, 2 de noviembre de 2010

Algo.

Escondo mis ojos de los tuyos por temor a no poder despegarlos jamás.
Vacío cada cierto tiempo mis memorias para que la nostalgia no me haga tropezar.
Intento que no me descubras para que el tiempo se distienda más...

No, imposible escribir en rima. Lo mío era, es y será la prosa.
He pasado los últimos días soñando con lo que sería un idilio hermoso si es que llegase a pasar en realidad y eso me tiene comiendo libélulas hace muchos meses. Pero me las como sola, o al menos eso es lo que yo sé.

Torpemente intento que esto no pase más allá de mis gestos, mis cuerdas vocales están mudas de represión al sentimiento. Se me imagina que en la garganta tengo una pelota gigante, así como un huevo de cáscara gris traslúcida que deja ver el interior dorado que no dejo salir por temor al rechazo. Lo mismo en el corazón.

El otro día vi sus ojos fugazmente. Creo que fue la mirada fugaz más intensa que sentí desde hace mucho. Yo solo atiné a sonreír y huir. Como siempre. Debería agarrarme y no soltarme más. Yo feliz.