lunes, 29 de mayo de 2006

Así con la cosa.

“Eran las cinco de la mañana y sintió un leve roce en la mejilla. Algo así como el ala de una mariposa, tal vez una polilla, no lo supo muy bien hasta que abrió los ojos y lo vio. Ahí estaba con su cara de sueño y el pelo despeinado. No dijo nada. Se dio media vuelta y simuló seguir durmiendo. Ella miraba su nuca y sonreía. Nunca había encontrado la nuca de alguien tan interesante. Se acomodó, cerró los ojos, y volvió al sueño. Tal vez, nunca salió de él, tal vez siempre estuvo soñando.”...

Comencé a escribir acá pensando que mi vida sería interesante, pero tal parece que este último tiempo ha tenido puras desventuras y cosas con cierto grado de tristeza. Lo único que me queda es escribir de mis “cuasi-sueños” o lo que imagino. La historia anterior si tiene algo de real. Algo de ahí si pasó, y fue que yo mirase la nuca de alguien con un interés inusitado, inusual y casi paranoico. Creo que fue la noche en que mis uñas desaparecieron por arte de magia y mi mente estaba al borde del colapso nervioso al ver como mi hogar era destruido por una tropa de energúmenos sin respecto por las cosas ajenas. Con respecto a eso, prefiero no declarar más que lo anteriormente dicho. Con respecto a lo otro, pues tampoco. Ya parece un tema muy trillado y empieza a aburrir a los de mi misma especie. Pero temo que nadie sabe mejor que yo cómo es sentir esto que siento, que amo y aborrezco.
Será que si esto no se soluciona pronto, prometo dejarme caer en los brazos del primero que me diga palabras bonitas y que las demuestre. Lo demás es cuestión de tiempo.
Como decía mi abuela, “lo importante, es que a una la quieran”, y bien, supongo que eso es lo importante. ¿Está esa cosa importante presente en esto?. ¿Existió?. Y si existió, ¿cuándo ocurrió?, ¿me enteré a tiempo?, ¿murió?, ¿aún vive?. Y si no existió, ¿puede nacer?, ¿no nacerá jamás?, ¿se puede crear?, ¿ya se creó?.
Incertidumbre. La odio. ¿Por qué es tan caprichosa y hace conmigo lo que quiere?. Debería ser más solidaria con todos. Es más. Ni siquiera sé porqué existe (dijo el picado).

lunes, 8 de mayo de 2006

Mi cuerpo.

De repente vi mis piernas y las vi muy largas. Vi mis dedos y los vi mayores. Vi mi pecho y lo vi muy abultado. Vi mi figura y la encontré adulta. Muchas veces me he visto, pero ahora es diferente. Como que todos mis órganos confabularon de repente y recién me doy cuenta de la traición.
Antes era mi cuerpo y punto, una no andaba con cosas, simplemente te peinabas y te lavabas los dientes. Ahora es mi cuerpo y sirve, ya no basta con secarse el pelo, ahora tengo que peinarme, maquillarme, depilarme ( ¡auch! ), teñirme, y pasarme horas probándome ropa y no comprando nada ( al final salgo de la tienda, más deprimida de lo que había entrado ). Cuando una es chica, se compra la polera con el monito que te guste más y quedas feliz hasta que la tela se rompe con el lavado. Ahora no.
Es diferente.
Mi cuerpo. Me sirve. Le sirve a otro. Le servirá a mis futuros hijos. Le servirá a mi futuro esposo ( si es que llego a casarme, y si no, pues le servirá a mis futuros novios ).
¿Será que ahora todo en mi tiene un sentido y un uso, pero que ahora recién me entero de eso?.
Por lo menos me entero, y lo que no sé, pues lo averiguo.
Yo no sé, a veces mi mundo parece que da vueltas y no sé donde estoy parada.
¡Paren el mundo!... que me quiero bajar.
Algo así como cuando me subo al extreme fall y estoy allá arriba y me quiero bajar. Y mi deseo se hace realidad pero no de la forma en que yo quería (suave y lenta). A menudo mis deseos se vuelven realidad... de la forma equivocada...
Quiero estar contigo, pero no de esta forma y temo ser conformista. Me hacen falta ambiciones, lo sé. Pero mientras tanto, seré honesta conmigo y contigo, y no pretenderé que nada me sucede, porque de que me pasan cosas con tu ser, me pasan.

viernes, 5 de mayo de 2006

En Rojo.


Bueno, entonces escribamos del rojo.

¿Por qué es de mala educación escribir con lápiz pasta rojo?. A mi nunca me dijeron el porqué , pero en vez de eso me decían “no escribas con lápiz rojo que es de mala educación” de mala, muy mala educación. Sin embargo se puede escribir con negro, con azul y hasta he visto a gente escribiendo con calipso o fucsia... ¿Qué será peor?. ¿Por qué es el rojo peor que el calipso o el fucsia?, ¿por qué es el color de la sangre acaso?. ¿O tal vez sea porque es un color primario y llamativo?. ¡Pero cómo!.
Si el amarillo también es llamativo y primario.
Claro que no usamos ése para escribir por el simple motivo de que las hojas de papel son blancas y el amarillo no resalta mucho contra ellas.
Y en ese caso... ¿Por qué no usar, entonces, el color rojo?. Sigo sin entender, y podría estar muchas horas escribiendo acerca de los diferentes posibles motivos que hacen al rojo un color que “no debe usarse para...”.

Pero a mi me gusta el rojo porque también es el color del amor. Incluso los derivados del rojo, como el rosado, y toda la gama que lo precede. Y ahora, más preguntas: ¿por qué el rojo no puede usarse para escribir cosas importantes (como una comunicación pública o un certificado médico) pero si puede usarse cuando existe amor de por medio?, ¿quién decidió que esto fuera así? (¿Es el amor menos importante que un certificado?), ¿a quién se le ocurrió semejante idea?.

Porque sin lugar a dudas a alguien se le tiene que haber ocurrido. No nació solo. Nada nace solo. Todo se crea a partir de algo que lo antecede... pero para qué hablar de eso, si estamos hablando de los “no usos” del lápiz de tinta o pasta rojo, y de porqué no se usa tanto. Subestimamos el rojo y a menudo lo discriminamos a lugares predeterminados y a usos determinados. Yo creo que ésa es la única razón que encuentro para este problema del nunca bien ponderado “lápiz rojo” o de tinta roja (aclaro porque perfectamente el lápiz puede ser rojo y escribir en otro color): si la culpa es de lo que nos dicen que hagamos.

Como cuando somos pequeños y dibujamos. ¿Alguien ha visto a un niño (o niña, seamos justos) chiquitito (o chiquitita, idem) dibujar?.

Si es así, entonces sabrá, como yo, que no pintan las flores precisamente rojas, sino que para ellos también pueden ser azules, verdes, moradas, amarillas, naranjas y, porque no, negras y hasta color piel (entiéndase, que ellos no conocen todas las flores que existen y aún así pintan con los colores que su imaginación les dicta a usar); y es que nadie les dice “los árboles son verdes, no celestes ni azules”, ellos llegan con su mágico mundo de colores y como nosotros les damos materiales básicos para plasmarlos, pues ellos agarran los lápices y se ponen a pintar como locos toda clase de figuras que para nosotros son una maraña ininteligible y desordenada de líneas curvas y rectas disparadas para todos lados y que incluso se escapan fuera del papel; pero para ellos ese circulo de ahí es el perro Fido, la línea grando con dos extensiones y un poco de café con amarillo en el extremo superior, es el papá, y la mamá no es más que un trángulo con un circulo en su punta y dos líneas quebradas debajo de las faldas del isósceles. Nadie les dice cómo deben dibujar, no vienen determinados.

La condición se aprende. Y “condición” en el sentido de lo que esta predispuesto por la sociedad de que sea de tal y cual forma. Las flores rojas, el cielo azul, los troncos cafés y las hojas verdes. Ponga a dibujar a un niño de tres o cuatro años, y sabrá que no es precisamente así para sus mentes jóvenes e inexpertas, pero no menos sabias.

He dicho.