miércoles, 8 de febrero de 2006

Un día Viernes 27 de Enero del año 2006...

... lala lala la la... de nuevo ese sentiemiento maldito de soledad. Yo sé que a mi alrededor hay mil personas que me dicen lo contrario pero necesito una persona para sentirme plena y acmpañada.
Tal vez no he sabido apreciar todo lo que mi familia, amigos y parientes me dan. Tal vez no he sabido reconocer las oportunidades que se me dan en la vida. He cometido erroes, sí, y me arrepiento de haber hecho algunas cosasa, asi como de también me arrepinento de no haber hecho algunas otras. Debería haber perdonado y deberia haber dado segundas oportunidades. Pero veamos el lado egoísta, el lado ególatra. MI lado de la historia. ¿Por qué yo?. ¿Por qué debo ser yo la que dé el primer paso?. ¿Por qué debería ser yo la que bese?. ¿Por qué la que es siempre buena, la que perdone, la que se comporte y no diga groserías?.
Nunca me gustó ser "la buena", "la matea", "la señorita". Pero bueno pongamoslo desde un punto de vista más real (porque nunca fuí del todo todas esas cosas): ellos me llamaban asi porque en realidad no me conocían (y con esto no quiero decir tampoco que yo sea la peor mujer del mundo, la más sucia, la más perezosa, la más "MaryMacho", que quede claro). Eran muy pocos los que realmente sabían como era yo en realidad, y ellos sí que valían la pena.
Debo confesar de que mi circulo de amigos ha aumentado notablemente, pero a pesar de eso ¿tengo derecho a sentirme sola?. Quizás estoy siendo la peor de las malagradecidas al decir eso (y en ese caso a mucha honrra), pero no puedo evitar sentirme asi, siendo que tengo tanto para dar y nadie quien lo reciba.
"Joven y Desperdiciada" como dijo una buena amiga una vez. Así me siento ahora, Viernes 27 de Enero, acostada en el asiento trasero de la camioneta Chevrolet que está a su vez estacionada en algún lugar de los 10.000 metros cuadrados que conforman la parcela en la parcelación "La Foresta de Zapallar" (que no es ni forestea ni está en Zapallar, pero es un terrenito al lado de la carretera Norte, a 9 kilómetros de un pueblo llamado Catapilco y a 8 de La Ligua, ahí, donde venden chalecos y dulces), y que en primavera se cubre de un pasto nuevo, verde y fragante, espolvoreado con flores silvestres de diferentes colores. A mi personalmente me gustan unas moradas que parecen pequeñas campanas, y qu no se encuentran si no se las busca (a menos que sea una muy curiosa y se ponga a caminar por las demás parcelas, si fuera así, d seguro que te tropiesas con una que otra).
¡Ah, si siempre me gustó el morado!. Es más, incluso ahora en la mañana acabo de teñirme el pelo largo de la nuca de color morado. Y es que mi corte de pelo es un tanto extraño, ya que tiene dos capas: la superior, es una melena deflecada, y la inferior, osea de la mitad de la cabeza hacia abajo, es pelo largo. Y es justamente en esa ultima parte donde queda el despelote porque ya me lo he decolorado y tinturado dos veces, y sepan ustedes que es lo peor que pueden hacerle a su pelo... pero en mi opinión se ve tan lindo morado que sería capaz de mostrarle al mundo mi relucientemente opaco cabello color y textura de paja, con tal de tenerlo alguna vez morado.
Al fin y al cabo, el pelo y las uñas crecen todos los días de nuestra vida, y tengo entendido que también lo hacen cuando fallecemos, y si es que no me da lástima me rapo si es que quiero.
Pero basta de frivolidades sin sentido aparente, porque sigo sintiendome sola y eso no me gusta para nada.

Tengo solo dos oportunidades para no sentirme sola, y las veo tan cerca y tan lejos que ya no sé qué debo hacer, si seguir mi corazón o seguir mis pensamientos (lo que no me asegura el dejar de sentirme sola)... en realidad solo hay una opción que me gustaria que funcionase, pero tampoco sé qué pasa por el lado de su corazoncito loco. Y también es que me da un pánico atróz el imaginarme compartiendome. Porque eso es lo que uno hace cuando el amor y la compañía se interponen en nuestras vidas.
Lo único que sé es que si quiero de verdad dejar de sentirme así de sola, tengo que hacer algo lo antes posible, y no escribir tonteras en una hoja de papel a las 4.30 pm de un día viernes 27 de enero, en vez de hacer un par de llamadas telefónicas...

"Amén!"