miércoles, 29 de junio de 2005

Sin más.

·Haga un croquis de la escultura que más llame su atención y describa el porqué·

Al final, no me quedó taaaan mal el bosquejo ese. Al menos eso creo yo. Al menos eso espero yo. Depende de qué concepto de "mal" tengamos. Depende de el concepto de "bonito" que tengamos. En fin, depende de muchos otros factores... ¬¬

Ahora. Hablando en serio.

Me gustó lo que vi en la Sala Matta del Museo de Bellas Artes. Se nota que Rodin mostraba las expresiones básicas y profundas del ser humano. La miseria. La pasión. La angustia. El amor (¿¿por qué no puede faltar el amor??).

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Película Imperdible de este mes, y de la cual debo conseguirme alguien con quien ir a verla, SEA COMO SEA:

"Crónicas de Narnia"

Tal vez es para niños.... que más da!
Soy una niña!
Pendeja si quieren!
Pero lo admito.
Y como diría Zamorano:
Eso es lo bonito y lo importante, no?

jueves, 9 de junio de 2005

Mamón: un maestro incomprendido, y unos alumnos inocentes.

Érase una vez, un grupo de alumnos que nada tenían que hacer debido a que la profesora, que se supone debía estar impartiendo clases en ese momento, estaba incapacitada para impartir la enseñanza de las matemáticas, por lo que los alumnos decidieron salir por un momento al tibio y puro aire de Santiago. En el patio del colegio. En fin, a ventilarse un rato.
En determinado momento, uno de estos alumnos toma un cono. El cono. Que se econtraba en el suelo del patio de dicho colegio, sin sospechar que aquel objeto, común y corriente, era utilizado por otro docente del establecimiento educacional.
Debido a esto, el profesor en cuestión, se acercó de manera amenazante y arrancó el cono de las manos de éste inocente alumno, que nada tenía que ver en la cátedra de educación física, y ni mucho menos en el periódo de trote que se estaba llevando a cabo.
El resultado de todo esto, fue un maestro del "arte" de la educación física, enojado y un grupo de alumnos encerrados en el aula de clases.
Según los informes preliminares, el profesor en cuestión habría llamado al simpatico inspector de la institución y habría acusado injustamente a los "ociosos" alumnos, de estar "importunando" su "divertidisima" clase de Trote.
Y no sólo en una ocasión, sino que en repetidas veces, ya que el inspector se paseo (cuál modelo de Cachantún Fashion) por el patio del colegio durante un buen rato.
Luego de esto, fue llamada también la regordeta inspectora, la cuál tuvo la magnífica idea de entrar a los pobres e infortunados pupilos a su respectiva aula de clases.
Ahora.
Yo me pregunto compañeros:
¿Fue realmente necesario, que se sucediera todo este verdadero "show"?
¿Era indispensable que los alumnos, que en nada estaban estorbando con la clase de educación física, fueran derivados a su aula de clases, sin derecho a defenderse, como es debido?
¡EXIGIMOS JUSTICIA!
¡TENEMOS DERECHO A UN JUCIO JUSTO DE NUESTRO CRITERIO DE ALUMNOS RESPONSABLES E INOCENTES!
¡Y QUE MÁS DA QUE ESTEMOS EN CUARTO MEDIO!
¿ACASO NO TENEMOS DERECHO A TOMAR UN POCO DEL LIMPIO Y PURO (aunque signifiquen ambas palabras lo mismo) DE SANTIAGO, SIN QUE SEAMOS IMPORTUNADOS POR UN PROFESOR QUE SEGURAMENTE ANDABA EN "SUS DÍAS"?

Los dejo a su criterio...

(Gracias a la simpre inútil colaboración de Paulina Alvarado)

martes, 7 de junio de 2005

Mil Cosas.

Confié en que me esperarías.
Sabía que en verdad lo hacías.
Ya no estoy muy segura de eso, porque creo que ya no me necesitas más.
Me hundo de a poco en esas ideas nefastas.
Me gritan que tal vez no era verdad lo que creí sentir.
Pero mi corazón sigue siempre fiel.
Aunque mi cabeza no sepa donde fue a parar.
Y quizás te encuentre en el mismo lugar en donde te dejé hace un tiempo atrás.
Porque no se pierde la razón tan fácilmente.
Porque aunque no hay esperanzas, siempre se cree en una oportunidad mayor a la anterior.
Se confía en algo.
Y se ama algo.




Y entonces me digo:
"¿Valió la pena?"

Y desde adentro me responden:
"No ha sido todo: aún queda por sufrir, herir y maltratar. Pero aún queda por disfrutar, sanar y amar. Que no todo se va, niña. Siempre algo queda. 'Donde fuego hubo, cenizas quedan', y no sólo se esfuman los horizontes, también lo hacen los atardeceres. Sin embargo ni hasta la muerte dentendrá un nuevo amanecer."


"Gracias..." respondo.

sábado, 4 de junio de 2005

¿Porqué siempre me pasa lo mismo?

Hay quienes dicen que mi vida es aburrida. Que, poco menos, no tengo. Y les estoy empezando a encontrar un poco de razón.
Me han castigado, y lo han hecho por el simple motivo de enfermarme dos veces en tres semanas. No puedo salir a menos que sea a ambientes calefaccionados. Para no sufrir de frío-extremo o congelamiento-glacial.
Pero, es el colmo!

Sé que es una irresponsabilidad del porte de un buque, el haberme enfermado tan seguido, pero ¿deben arruinarme también mis panoramas de las próximas semanas, porque decidieron que no gastarían más plata en remedios míos durante el año?.
Lo encuentro reverendamente injusto. No puede ser.
Más encima, ahora mismo atravieso por una de esas depresiones que no te dejan pensar con claridad y te llevan a retomar la escritura de tu blog, cuando hace semanas que no escribías en él.
Y es cierto que no estoy sola como yo creo estarlo. Pero la alegría que llega con mis amigas, se va con ellas cuando dejan mi casa. Cuando atraviesan el umbral de la puerta, portón o ventana.
No sé muy bien que es lo que me está pasando. Empiezo a sospechar que ya no le tengo fe al amor. Al menos, no tanta como la que creía tener.
He descubierto que las opciones de mi vida siempre son las mismas, y que de algún modo, siempre llego al mismo lugar. Donde empecé. Al punto de partida.
No entiendo cómo me las arreglo para volver. Para desechar todas las posibilidades de lograr ganar el juego. ¿Será que no logro captar las reglas, o que simplemente no puse atención cuando las estaban explicando?. O tal vez aún no soy una jugadora oficial. Quizás mi turno no ha llegado.
Bueno. Quién sabe.
En verdad, no es ese el punto.
El punto de todo esto es que, para rematar mi perfecto y casi invicto paso a través de las enfermedades que últimamente me han afectado, mis padres me han prohibido salir de mi casa, a pasearme por los diversos carretes que, justo cuando me enfermo, se desarrollan, y a los cuales tengo miles de ganas de ir.
No les bastó con que me quedara dos semanas enteras en mi cama, convaleciente. No. Tenían que dejarme también otras dos semanas más en mi casa, porque no permitirán que otro grupo de maliciosas amebas sin corazón, irrumpan en mi cuerpo.
Pero yo necesito salir. También quiero mi vida normal de vuelta. Ni siquiera mi madre pudo darme dos mil míseros pesos, para ir a cortarme el pelo.
Ya. Si yo sé que me quieren tanto que no se permitirán gastar más dinero en remedios, paracetamoles y jarabes amargos, con tal de que los microbios que se desarrollan a un nivel alarmante en mi cuerpo, mueran sin tregua; pero yo también quiero divertirme. Quiero salir a bailar a alguna parte.
Solo espero que no se les ocurra acabar los carretes, porque me estoy mejorando y cuando lo haga por completo, no habrá quien me detenga.

Carrete, Carrete, eo!
Carrete, Carrete, oa!

(...)